Seguramente, muchos niños han
fantaseado alguna vez con la idea de atravesar la frontera del televisor con la
intención de compartir peripecias y aventuras con sus amigos coloridos, con los
compañeros de fatigas que les avivan la vida y prolongan la inocencia hermosa
de su infancia. No es muy probable que los personajes de los dibujos deseasen
lo mismo en el caso de que alguien sondease su opinión. ¿Querrían ser de carne
y hueso unos personajes que en este mundo serían perseguidos? ¿Querrían los
dibujos animados poner los pies en una tierra que desdibujaría su alegría y
desanimaría su entusiasmo? ¿Querrían?
Dibujos animados
Si
los dibujos animados traspasaran la pantalla y conviviesen con nosotros, ¿qué
les esperaría?
Al Pájaro Loco lo encerrarían en el
cuarto acolchado de un manicomio con una camisa de fuerza.
A la Pantera Rosa la tildarían de
afeminada y le lloverían los insultos de los homófobos.
A Speedy González, buscavidas
mexicano, los Estados Unidos no le pedirían el visado. Ya se encargaría de
disuadir su entrada en el país el muro fronterizo.
A la Abeja Maya la bañarían en
insecticida.
A los Pitufos les tocaría sufrir el apartheid: su llamativa piel azul
desataría una oleada de racismo.
Muchas gracias por invitarme, Alberto. Tienes una manera muy particular de organizar tus entradas, iré leyéndolas poco a poco.
ResponderEliminarTe dejo un fuerte abrazo, con tu permiso me anoto como seguidor.
HD
Muchas gracias por el mail que me has enviado
ResponderEliminarcon tantos adjetivos admirativos. Gracias.
No conocía este su blog, lo iré leyendo poco a poco.
Un beso.
Al otro lado de la pantalla se vive mejor.
ResponderEliminarEn el nuestro hay mucha miseria moral.
Nos queda por saber qué pasaría con Rajoy fuera del plasma, qué será de Cospedal tras su finiquito en diferido, que harían Montoro y Wert de nuevo encerrados en la caja del susto enroscados a su muelle, cómo serían Fernández, Wert o Báñez en color, o de Guindos el menos animado de estos muñegotes teledirigidos.
ResponderEliminarMuy bueno.
Con aromas del humor y ternura de mi querido Galeano en todas las entradas. Me gusta.
Seguiremos por aquí. Un abrazo. .
Bravo por recordar a Speedy González, Alberto, ¡qué pocos se acuerdan de él!
ResponderEliminarFeliz Navidad y un buen 2014, si nos dejan.
Un abrazo, Javier.
Y al correcaminos lo multarían por exceso de velocidad.
ResponderEliminarTe sigo.
Un saludo.